lunes, 31 de diciembre de 2012

Enlace.

https://javiercomellas.wordpress.com/2012/05/23/indicame-el-camino-o-por-que-son-los-filosofos-necesarios/



Kant.

     "Dos cosas llenan de admiración y respeto mi ánimo (...). El cielo estrellado sobre nosotros y la ley moral dentro de mí", con este epitafio escrito en su tumba Kant resume su pensamiento, intentemos pues comprenderlo todo lo a fondo que podamos. 
     Por una parte dice que siente admiración por el cielo estrellado sobre nosotros, se está refiriendo a la crítica de la razón pura; a la posibilidad de la ciencia y a la crítica de toda metafísica, por otra parte siente respeto por la ley moral que se encuentra dentro de él, se está refiriendo a la crítica de la razón práctica, a la justificación del hecho moral.
     Existen dos tipos de moral, una autónoma, que es formal y a priori, que emana de todos y cada uno de nosotros necesariamente que es la Ética y otra moral heterónoma, que es material, a posteriori, fruto de la experiencia, y que no es impuesta, es la moral religiosa o la moral del interés.
     Para comprender el hecho moral, Kant define dos tipos de imperativos, el primero es hipotético encaminado a la vida práctica y de naturaleza técnica y pragmática (consejos), el segundo es categórico dirigido a la vida moral, son necesarios, universales e inapelables.
     "El imperativo categórico es, pues, sólo uno y éste es:
      - Obra sólo según aquella máxima de la que al mismo tiempo puedas querer que se convierta en norma universal.
      - Obra de tal manera que trates siempre a la Humanidad, sea en tu persona o en la de otro, como un fin, y que no te sirvas jamás de ella como de un medio.
       M. Kant: Fundamento de la metafísica de las costumbres, página 58, Aguilar, 1973."
     Con este imperativo Kant responde a su pregunta ¿Qué debemos hacer?, los imperativos categóricos nos lo dictan la razón práctica que no es otra cosa que nuestra voluntad. La ética Kantiana es deontológica, se actúa por deber, en las éticas teleológicas se actúa para conseguir un fin.
     ¿Qué podemos saber?. La libertad es el motor que hace que nuestra razón pura se exprese en forma de imperativos categóricos que son leyes universales, esto quiere decir que los imperativos que nos dictamos nosotros mismos son leyes universales, ésto solo es posible aceptando como axiomas que somos libres e inmortales y que Dios existe, de esta forma se responde a su tercera pregunta ¿qué nos está permitido esperar?.
     También hay que destacar que son tres las acciones posibles en la conducta humana; las contrarias al deber, las conformes al deber y las hechas por deber, sólo estas últimas son el objeto de la moral. Una moral, por tanto, que se fija en la forma, en la intención del sujeto, no en el tipo de acción llevada a cabo.




















domingo, 30 de diciembre de 2012

Del fanatismo, de la tolerancia y de la comunicación.

(...) cuando hablamos de fanatismo pensamos siempre, por supuesto, en el fanatismo de los otros. Nosotros nunca somos fanáticos, lo que nos ocurre, si acaso, es que estamos seguros de nuestra verdad. Mas, ¿quién, en este mundo actual de inestabilidades, puede estar seguro de nada? ¿No ocurrirá que, en mayor o menor grado, todos los que creemos en algo, en la medida en que lo creemos, somos fanáticos? Habría entonces un fanatismo duro o propiamente dicho, el de quien trata de imponer su verdad-seguridad a los demás, y un fanatismo, llamémoslo así, subjetivo, el de quien reposaría tranquilo en su verdad, dejando a los otros que se las arreglen como puedan y resuelvan por sí mismos el problema del sentido de su existencia. Posición esta penetrada de indiferencia -indiferencia, en este caso, para con el prójimo-, indiferencia de la que luego hablaremos. Mas, ¿no es un mandato el de la propaganda fide, el de expandir la luz? Sí, pero portadores de luz somos, en potencia, todos. No sé si de la discusión, como suele decirse, pero desde luego sí de la comunicación intersubjetiva, dela intercomunicación, del diálogo, es de donde sale la luz.Comunicación es mucho más que tolerancia, tema asimismo del foro del presente año. La intercomunicación parte del supuesto de que yo puedo aportar algo a los otros, ciertamente, pero también ellos a mí. Por el contrario, de la tolerancia puede decirse que es la forma blanda del fanatismo: desde mi supuesta superioridad y, colectivamente, desde el poder, se concede la tolerancia de cultos; por ejemplo, se permiten las casas de tolerancia, como antes se las llamaba, se soporta o tolera lo que los otros hacen o dicen, pero simplemente como mal menor y manteniéndolos a raya, es decir, en tanto que no pongan en peligro el orden establecido. Joan Estruch mostraba en su ponencia el parentesco semántico etimológico entre el fanático, hombre del templo (fanum) de Dios, y el entusiasta o poseído de Dios.


JOSÉ LUIS LÓPEZ ARANGUREN 18 OCT 1984, El País.




















Diderot.


La coerción hará del hombre un hipócrita si es débil, y un mártir si es valeroso. Débil o valeroso, sentirá la justicia de la persecución y se indignará por ella. Todo medio que incite al odio, la indignación y el desprecio, es impío. Todo medio que despierte las pasiones y que se encamine a objetivos interesados, es impío. Todo medio que tienda a sublevar a los hombres, a armar a las naciones y a empapar la tierra de sangre, es impío. Es impío querer imponer leyes a la conciencia, regla universal de las acciones. Hay que iluminarla y no constreñirla. Los hombres que se engañan de buena fe, deben ser compadecidos, nunca castigados. No hay que atormentar ni a unos ni a otros.

En un Estado intolerante, el príncipe es el verdugo a sueldo del sacerdote.
Diderot: Carta ami hermano, Editora Nacional, Madrid.



















sábado, 29 de diciembre de 2012

La ilustración.

     En los siglos XVIII-XIX se produce lo que Kant denomina "la mayoría de edad de la humanidad", una nueva forma de pensar invade Europa, el lema es "Aude Sapere", atrévete a pensar, es lo que se conoce como el siglo de las luces y constituye el marco de la revolución francesa. "Todo lo que es racional es real y todo lo real es racional", Hegel. Los Ilustrados, Savants o Philosophes siguen los impulsos de la naturaleza, la búsqueda de los orígenes del hombre y de la libertad, es el triunfo de la razón frente a siglos de obscurantismo, el fin de la edad media, una etapa de grandes descubrimientos y avances, todo se puede explicar mediante las matemáticas, la naturaleza, el universo funciona como la maquinaria de un reloj, Newton y sus leyes del movimiento y de la mecánica son la referencia de toda investigación que pretenda ser científica.


















viernes, 28 de diciembre de 2012

Mujer espartana.

Una Mujer de Esparta tenía cinco hijos luchando en el ejército y esperaba noticias de la batalla. Llegó un ilota, y ella le interrogó temblando:
-Vuestros cinco hijos han muerto.
-Vil esclavo, ¿te he preguntado yo esto?
-¡Hemos conseguido la victoria!
La madre corrió al templo a dar gracias a los dioses.

J.J. Rousseau: Emilio, Libro I.



lunes, 24 de diciembre de 2012

Deducción lógica.

Pepe: Hugo, ¿dónde está la Luna?
Hugo (tiene 2 años): ¡Allí está!
Pepe: ¿Te gustaría ir a la Luna en un cohete?
Hugo: ¡Sí me gusta!
Pepe: ¿Qué habrá en la Luna, Hugo?
Hugo: ¡Un cohete!




lunes, 26 de noviembre de 2012

Diálogo.

(...) Alberto: ¿Por qué no te metes en un partido político.?
Pepe: ¿En cual.?
Alberto: En el PP (partido de derechas o conservador) por ejemplo.
Pepe: Soy demasiado romántico para dejarme llevar sólo por la razón sin tener en cuenta las emociones.
Alberto: Tienes toda la razón del mundo.
(...)





La moral provisional.

     Como para empezar a reconstruir el alojamiento donde uno habita, no basta con haberlo derribado (...) sino que también hay que proveerse de alguna otra habitación, en dónde pasar cómodamente el tiempo que dure el trabajo; así pues, con el fin de no permanecer irresoluto en mis acciones, mientras la razón me obligaba a serlo en mis juicios, y no dejar de vivir, desde luego con la mejor ventura que pudiese, hube de arreglarme una moral provisional, que no consistía  sino en tres o cuatro máximas (...).
     La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi país, conservando con firme constancia la religión en que (...) me instruyeran desde niño rigiéndome en todo lo demás por las opiniones más moderadas y más apartadas de todo exceso, que fuesen comúnmente admitidas en la práctica por los más sensatos de aquellos con quienes tenía que vivir.
     Mi segunda máxima fue la de ser en mis acciones lo más firme y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las más dudosas opiniones, una vez determinado a ellas, como si fuesen segurísimas, imitanto en esto a los caminantes que, extraviados (...) no deben andar errantes (...), ni menos detenerse en un lugar, sino caminar siempre lo más derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar de dirección por leves razones (...) pues de este modo, si no llegan precisamente adonde quieren ir (...) acabarán por llegar a alguna parte, en donde (...) estarán mejor que en medio del bosque. Y así, puesto que, muchas acciones en la vida no admiten demora (...) si no está en nuestro poder discernir las mejores opiniones debemos seguir las más probables y aunque no encontremos más probabilidad en unas que en otras, debemos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas después, no ya como dudosas, en cuanto se refieren a la práctica, sino como muy verdaderas y muy ciertas, porque la razón que nos ha determinado lo es. Y esto fue bastante para librarme desde entonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que suelen agitar las conciencias de esos espíritus vacilantes y débiles, que se dejan arrastrar a practicar como buenas las cosas que luego consideran malas.


     Mi tercera máxima fue procurar siempre vencerme a mí mismo antes que a la fortuna, a alterar mis deseos antes que el orden del mundo, y generalmente acostumbrarme a creer que nada hay que esté enteramente en nuestro poder sino nuestros propios pensamientos, de suerte que después de haber obrado lo mejor que hemos podido, en tocante a las cosas exteriores, todo lo que falla en el éxito es para nosotros absolutamente imposible.

R. Descartes: Discurso del Método, 3.ª parte.

viernes, 9 de noviembre de 2012

La duda como medio para obtener la ataraxia.

    Ellos (los escépticos) sostienen que nada es bueno o malo en sí. Pues, si existiera una cosa así, sería buena o mala para todos igual como la nieve es fría para todo el mundo. Pero como no hay nada que sea igualmente bueno o malo para todos, luego no hay nada que sea bueno o malo en sí mismo. En efecto, o bien todo lo que uno encuentra bueno, hay que juzgarlo o no. Y por otra parte, no es posible llamarlo todo bueno, ya que la misma cosa es juzgada buena para uno (por ejemplo, el placer para Epicuro) es juzgada mala por otro (por ejemplo Antístenes). Sucede, pues, que la misma cosa es a la vez buena y mala. Así, pues, si no consideramos bueno aquello que es llamado así por alguien, será necesario que discutamos y valoremos las distintas opiniones, lo que tampoco nos es posible hacer por idénticas razones. Luego, no sabemos qué es el bien en sí (...).
    En fin, los escépticos dicen que el bien supremo está en la duda, a quien sigue como su sombra, la tranquilidad. Pues dicen que no buscan ni rehúyen lo que está en ellos por naturaleza, y todo aquello que no depende de nuestra naturaleza pero nos alcanza por necesidad, no podemos evitarlo, como el hambre, la sed, el tener frío, la necesidad. No hay ningún razonamiento capaz de suprimir estas cosas (...).
    Nosotros elegimos o rechazamos según las costrumbres, por las razones expuestas. Nuestra elección es, pues, simplemente asunto de costrumbre.

Diógenes Laercio: Vida, doctrina y sentencias de los filósofos ilustres II.



viernes, 28 de septiembre de 2012

Disonancia Cognitiva.

     León Festinger describe en 1957 una de las teorías más importantes de la Psicología, la disonancia entendida como antónimo de consonancia hace referencia al malestar que sentimos cuando nuestro modo de pensar y de actuar no concuerdan, este malestar es en realidad lo importante, ya que se considera como una motivación que nos lleva a actuar en el camino de reducir ese malestar, esa disonancia, ¡atención!, es una motivación, como lo es el beber, comer, dormir o el motivo de sexo. Una de las aplicaciones más inmediatas es la siguiente; Si Dios le hubiera dicho a Adán que si comía la manzana prohibida se llevaría una semana con dolor de estómago, posiblemente éste no la hubiera probado ya que su disonancia sería muy baja, pero al decirle Dios que lo expulsaría del Edén, debió pensar que merecería la pena, ya que la disonancia inducida en este caso sería muy alta, por tanto si prometemos un premio o castigo alto a un niño por omitir una acción seguramente la llevará a cabo, en cambio si el premio o castigo no son muy altos, el niño probablemente pensará que no merece la pena actuar y omitirá la acción.


León Festinger





lunes, 24 de septiembre de 2012

Caracterización de lo Psíquico.

     Para Franz Brentano (1838-1917), lo que caracteriza a lo psíquico, a los objetos o fenómenos psíquicos y que los diferencia de los físicos es la inexistencia intencional (o mental) de dichos objetos.



lunes, 10 de septiembre de 2012

Escépticos.

Del griego "sképsis", que significa; investigación, indagación crítica, evitar dogmas, la abstención y el agnosticismo es la posición correcta, "esto parece en vez de esto es", no emitir juicios "epojé", no hablar de nada como cierto "afasia". La duda activa y proactiva no pasiva, la duda como búsqueda de la verdad. Su primer representante Pirrón de Elis –ciudad provincial al noroeste del Peloponeso, Grecia- que vivió entre el 360 y el 270 a. C., otro muy conocido Sexto Empírico (su sobrenombre) médico y filósofo griego que vivió entre el 160 y 210 d.C., discípulos de Pirrón fueron Timón el Silógrafo, Diónidas, Pargus y Lopecio, su seguidor más importante Enesidemo que fundó la escuela conocida como pirronismo en el Siglo I a.C.




viernes, 31 de agosto de 2012

¿Por qué ocurren tantas dificultades a los buenos?

     Nada malo puede pasar a un hombre bueno: no se mezclan las cosas contrarias, ni la naturaleza consiente que en ningún tiempo lo bueno dañe a lo bueno; pues entre los hombres buenos y los dioses hay amistad, cuyo enlace es la virtud.
     Considera las adversidades como un ejercicio.¿Quién no más que siendo hombre, con recia propensión a todo lo honesto no desea una prueba a su medida y no desafía el peligro por correr a su deber? ¿Para qué hombre activo no es un suplicio la holganza? ¿Vemos a los atletas que practican el culto de la fuerza, cómo lidian con los más esforzados y exigen a aquellos con quienes se adiestran para el combate que usen contra ellos todas sus energías y consienten ser tundidos, maltratados y si no encuentran adversarios de fuerza igual, pugnan con muchos a la vez? Languidece la virtud sin adversario. Sepas que esto mismo ha de hacer el hombre bueno; no ha de temer las cosas duras y difíciles ni ha de quejarse del hado: cualquier cosa que le acaeciera, téngala por buena y conviértala en provecho propio. Lo que importa no es cuánto sufres, sino cómo lo sufres. No ves con qué diferente cariño tratan a sus hijos los padres y las madres. Aquéllos mandan levantarles temprano para dedicarse al estudio y así les arrancan sudor y lágrimas: las madres, en cambio, quieren tenerlos en su regazo y mantenerlos a la sombra. Dios trata a los buenos con corazón de padre y los ama varonilmente: ejercítalos en trabajos, dolores, infortunios para que cobren verdadera reciedumbre: quien sostuvo brega asidua con las contrariedades le curtieron los obstáculos y ya no cede a ningún mal y, caído, aún lucha cuerpo a tierra. Los dioses contemplan a los varones magnánimos en lucha con alguna calamidad. He aquí un espectáculo digno de ser contemplado por Dios atento a su obra; he aquí un duelo digno de Dios: el varón fuerte luchando a brazo partido con la fortuna adversa; y todavía más si fue él el que la provocó.

Séneca: Sobre la Providencia, cap. II.


miércoles, 22 de agosto de 2012

Cantidad o calidad.

     Lo que la sitúa en el mejor de los estados no es su magnitud sino su calidad: así, larga o corta, dilatada o concentrada, distribuida por muchos campos o muchos deberes, o reducida a uno, es siempre igual. Quien la valore por el número, por la medida o las partes, elimina de ella lo que tiene de más excelente. ¿Y qué es más excelente que la vida feliz? El ser plena. El fin de comer y beber creo que es saciarse. Hay quien come más, hay quien come menos, pero ¿qué importa? Ambos quedan saciados. Hay quien bebe más, hay quien bebe menos, ¿pero qué importa? Ambos han apagado su sed. Hay quien ha vivido cien años, hay quien ha vivido menos, pero no importa si los muchos años del primero le hicieron igualmente feliz que los pocos del segundo.

Lucio Anneo Séneca: Cartas morales a Lucilio II, ed. Orbis, Barcelona, 1985.




Estoicos.

     La escuela estoica fue fundada por Zenón prácticamente al mismo tiempo que la epicurea, unos años más tarde, estoico viene de "estoá" o pórtico en dónde predicaban sus enseñanzas, los representantes más destacados o conocidos fueron; Epicteto; un esclavo, Séneca; filósofo y cortesano español y Marco Aurelio; emperador romano, sus doctrinas siguen vigentes en la actualidad, han sido seguidas y lo son por muchos representantes de todas las clases sociales, su lema fundamental; "¡Domínate y Aguanta!", su principio; la Razón Universal, la virtud fundamental; actuar en consonancia con la Naturaleza, es decir, con la Razón Universal.

     "El dolor es soportable cuando es pequeño; cuando es excesivo, ya no se siente."

     "La pobreza es siempre llevadera; más pobre se es al nacer."

     "La muerte, en el instante de presentarse, es imperceptible por su brevedad."

     Dejarse llevar por las pasiones y por los sentimientos y o deseos van en contra de la naturaleza, la vida es una lucha continua para suprimir éstos, el hombre sabio es aquel que comprende la Naturaleza, la Razón Universal. En palabras de Kierkegaard, el hombre puede encontrarse en los estados ético, estético o religioso, el estado estético sería la postura estoica. Si fuésemos capaces de suprimir las pasiones, podríamos no experimentar por ejemplo; sorpresa, asco, miedo, alegría, tristeza, ira, ansiedad, hostilidad, humor, felicidad, amor, culpa, vergüenza, orgullo...






martes, 24 de julio de 2012

Carta a Meneceo, fragmento.

Que ninguno por ser joven vacile en filosofar, ni por llegar a la vejez se canse de filosofar. Pues no hay nadie demasiado adelantado ni demasiado retrasado en lo que concierne a la salud de su alma. El que dice que el tiempo de filosofar no le ha llegado o le ha pasado ya, es semejante al que dice que todavía no ha llegado o que ya ha pasado el tiempo para la felicidad. Así que deben filosofar tanto el joven como el viejo; éste para que, en su vejez, rejuvenezca en los bienes por la alegría de lo vivido; aquél para que sea joven y viejo al mismo tiempo por su intrepidez frente al futuro. Es, pues, preciso que nos ejercitemos en aquello que produce la felicidad, si es cierto que, cuando lo poseemos, lo tenemos todo y, cuando nos falta, lo hacemos todo por tenerla.
Practica y ejercita todos los principios que continuamente te he recomendado, teniendo en cuenta que son los elementos de la vida feliz. Antes de nada, considera a la divinidad como un ser incorruptible y dichoso -tal como lo suscribe la noción común de la divinidad- y no le atribuyas nada ajeno a la incorruptibilidad ni impropio de la dicha. Piensa de ella aquello que pueda mantener la dicha con la incorruptibilidad. Porque los dioses, desde luego, existen: el conocimiento que tenemos de ellos es, en efecto, evidente. Pero no son como los considera la gente, pues ésta no los mantiene conforme a la noción que tienen de ellos. No es impío el que desecha los dioses de la gente, sino quien atribuye a los dioses las opiniones de la gente.
Pues no son prenociones, sino vanas presunciones los juicios de la gente sobre los dioses, de donde hacen derivar de los dioses los mayores daños y beneficios. En efecto, familiarizados continuamente con sus propias virtudes, acogen a sus iguales, considerando extraño todo aquello que no les sea semejante.
Acostúmbrate a considerar que la muerte no es nada para nosotros, puesto que todo bien y todo mal están en la sensación, y la muerte es pérdida de sensación. Por ello, el recto conocimiento de que la muerte no es nada para nosotros hace amable la mortalidad de la vida, no porque le añada un tiempo indefinido, sino porque suprime el anhelo de la inmortalidad.
Nada hay terrible en la vida para quien está realmente persuadido de que tampoco se encuentra nada terrible en el no vivir. De manera que es un necio el que dice que teme a la muerte, no porque haga sufrir al presentarse, sino porque hace sufrir en su espera: en efecto, lo que no inquieta cuando se presenta es absurdo que nos haga sufrir en su espera. Así pues, el más estremecedor de los males, la muerte, no es nada para nosotros, ya que mientras nosotros somos, la muerte no está presente y cuando la muerte está presente, entonces nosotros no somos. No existe, pues, ni para los vivos ni para los muertos, pues para aquéllos todavía no es, y éstos ya no son. Pero la gente huye unas veces de la muerte como del mayor de los males, y la reclama otras veces como descanso de los males de su vida.
Hemos de recordar que el futuro no es nuestro pero tampoco es enteramente no nuestro, para que no esperemos absolutamente que sea, ni desesperemos absolutamente de que sea.
Y hay que calcular que, de los deseos, unos son naturales y otros vanos. Y de los naturales, unos necesarios, otros sólo naturales. Y de los necesarios, unos son necesarios para la felicidad, otros para el bienestar del cuerpo, otros para la vida misma.
En estos pensamientos y los análogos a éstos ejercítate, pues, día y noche, sea para tí mismo, sea con alguno semejante a tí, y nunca -despierto ni dormido- serás turbado; vivirás como un dios entre los hombres. Pues en nada se parece a un ser mortal el hombre que vive entre bienes inmortales.

Epicuro: <<Carta a Meneceo y Máximas capitales>>, pp. 24-35. Editorial Alhambra, 1985, Madrid.




domingo, 8 de julio de 2012

Epicuro.

     La antigua Grecia de la Filosofía, el Arte y el conocimiento van llegando a su decadencia, a su fin, Aristóteles que hereda a Platón y éste a su vez a Sócrates, es el último gran filósofo y nadie se queda como sucesor, Alejandro Magno que quiere construir un gran imperio muere joven,  Atenas y todas las demás ciudades estado se quedan huérfanas y el ciudadano sin democracia, sin polis, todo se desmorona, ahora el grito de guerra es ¡sálvese quien pueda!, aparece el individualismo, en palabras de B. Russel << La Filosofía ya no es la antorcha con que se iluminan unos cuantos buscadores intrépidos de la verdad, sino la ambulancia que sigue la ruta de la lucha por la existencia y recoge a los débiles y heridos.>> Aparecen las denominadas escuelas éticas menores, aunque con muchos seguidores y vigentes aún en nuestros días, entre ellas la escuela del jardín, el famoso jardín de Epicuro, fundada en Atenas por Epicuro de Samos de raíces estoicas y cuyo fin es alcanzar la ataraxia o imperturbabilidad del alma y la aponía o tranquilidad del cuerpo. Para muchos este jardín no pasaba de ser un huerto de frutas y verduras, algo parecido a un monasterio, pero para otros era lugar de continuas orgías y banquetes, de disfrute máximo del cuerpo y la mente, el único remordimiento sería no aprovechar una ocasión placentera. Como puede leerse en la camiseta, no hay que temer a la muerte porque, mientras vivimos, ella no existe para nosotros, y cuando morimos no tenemos vida para <<sufrirla o sentirla>>.

El temor a los dioses no debe inquietarnos porque éstos, si es que existen, no se preocupan de las cosas y asuntos de los hombres.

No debemos temer al azar o destino, de cuya existencia dudo, prefiero pensar en la indeterminación.

No debemos sufrir por las necesidades naturales y los males, porque ambos son fáciles de evitar o satisfacer.

Estos cuatro remedios para conseguir la <<aponía>> son conocidos como el "tetrafarmakon".



martes, 26 de junio de 2012

Los Cínicos, comentario.

     La Cínica es considerada una Escuela post-socrática menor, debido a que deriva de ésta, se trata de una nueva interpretación de la Virtud, como hizo Aristóteles también en su momento, aunque no por ello menos importante y relevante, y que ha perdurado hasta nuestros días, mucha gente se guía por esta filosofía de vida, si no en su totalidad sí en parte.
    Fundada por Antístenes, sus discípulos más conocidos fueron Diógenes Laercio y Crates de Tebas, además de la compañera de éste último, Hiparchía, la primera filósofa que aparece en los libros, conocida como "la mujer sabia", atraída por estas doctrinas, abandonó riquezas y pretendientes poderosos para irse con su amado Crates y vivir en la mendicidad, suplicado por los padres de ella, Crates intentó que desistiera, al ver que no lo conseguía se desnudó ante ella diciendo:
    - He aquí el esposo, he aquí sus posesiones; decide pues no podrás ser mi compañera si no eres capaz de compartir mi vida.
    Lo dicho, mendicidad extrema, pordioseros que pasan de usos, costumbres y de la sociedad, los primeros "hippyes".
    Por lo visto, Diógenes vivía en un tonel, buscaba hombres con linterna a pleno sol y hacía sus necesidades dónde le apetecía., decía que; "había que tener cordura para vivir o cuerda para ahorcarse", aprendían de los animales para descubrir el modo de adaptarse a las circunstancias, observó a un niño que bebía con las manos y dijo: <<un niño me superó en sencillez>> y se deshizo de su cuenco, lo mismo hizo con su plato cuando vio a otro niño que recogía las lentejas en un pedazo de pan, en una ocasión le arrojaron los huesos en un banquete como si fuera un perro y él hizo lo propio, recogió los huesos y se orinó encima de los comensales.
     Después de todo ésto, parece que el concepto o la imagen que tenemos hoy día de un cínico no se corresponde con el modelo, ¿o sí?, pensemos en el cínico más famoso de la historia del cine, me refiero a Bogart en su papel en la película Casablanca, cuando fué interrogado por el comandante nazi sobre su nacionalidad, dijo que era ciudadano del mundo, miraba a todo el mundo por encima del hombre, o lo que es lo mismo tenía la vista puesta en sí mismo, él era el centro de todo, pasaba de los franceses de los nazis y de todo, no ayudaba a nadie, parecía estar disgustado con todo el mundo, aunque luego resultó ser todo un romántico y un patriota.






Los Cínicos.

Una vez, mientras tomaba el sol, Alejandro Magno deteniéndose frente a él, le ofreció:
- Pídeme lo que quieras.
- Que te apartes, pues me quitas el sol.
Estaba en cierta ocasión pidiendo limosna a una estatua. Preguntado por qué lo hacía, contestó:
- Me ejercito en fracasar.
Interrogándosele sobre qué edad era la más apropiada para el matrimonio, opinó:
- De joven, aún no; de viejo, ya no.
Interrogado sobre cuál era el mejor vino contestó:
- El de los demás.
A quien le dijo:
- Muchos se ríen de ti, contestó:
- Pero yo me tomo en serio.
Al recriminársele por comer en la plaza pública, contestó:
- Es que aquí es donde he sentido hambre.
Al regreso de los juegos olímpicos se le preguntó si había visto mucha gente:
- Mucha gente sí, pero hombres muy pocos.
Censurándole algunos el hecho de frecuentar lugares inmundos contestó:
- También el sol visita muladares y no se ensucia.
Preguntándole por qué se le llamaba <<perro>>, <<perruno>> (kynos), contestó:
- Meneo la cola a los que me dan algo, ladro a los que no me dan y muerdo a los malvados.
Preguntándole uno de dónde era, contestó:
- Soy ciudadano del mundo.

Diógenes Laercio: <<Los Cínicos>>, o. c.



viernes, 22 de junio de 2012

El término medio.

Aristóteles vive en el siglo IV a. de C., frecuenta la escuela platónica y funda la suya propia, El Liceo, en Atenas, la Ética Aristotélica es teleológica, orientada a alcanzar un fin, para Aristóteles este fin no es uno cualquiera, sino aquel para el que el hombre está hecho, y el hombre está hecho para ser feliz, para alcanzar la felicidad, la buena vida, y la vida buena está en el punto de equilibrio de lo que podíamos denominar; todos nuestros parámetros humanos, Aristóteles describe una larga lista de virtudes y estima que si somos capaces de ser virtuosos, es decir si somos capaces de alcanzar el término medio en todos los aspectos de nuestras vidas, seremos hombres sabios habremos alcanzado la aretè, aquello para lo que estamos hechos, hay que entender que para los griegos cualquier cosa, hombre o animal podría tener aretè, es decir, un cuchillo que cortaba muy bien tenía aretè, pues estaba hecho para ello, y el mejor de todos los cuchillos tendría aristos, el mejor. También hay que aclarar que el justo término medio no puede considerarse como una media aritmética, sino mas bien geométrica, es decir puede que la virtud en algunos casos esté más cerca de un extremo que del otro, otro punto importante a destacar es que para Aristóteles la areté se alcanzaría a través del entrenamiento, del aprendizaje (virtudes éticas y dianoéticas) y que para ello hay que esforzarse, hay que querer ser el mejor, no es algo que venga dado, de ahí la importancia de la educación en la filosofía Aristotélica, algo que es totalmente opuesto a la ética del otro pensador más influyente de occidente, Inmanuel Kant, cuya ética es deontológica, el deber por el deber, basada en los imperativos categóricos que nos damos, atención, nosotros mismos y que pueden llegar a convertirse en ley universal, pero esto lo veremos más adelante.


viernes, 15 de junio de 2012

La felicidad.

     Pero, antes, debemos considerar en qué consiste el buen vivir y cómo puede conseguirse: si los hombres que son llamados felices lo son por naturaleza -tal como los hay naturalmente altos o bajos o de diferentes fisonomías- o llegan a serlo por aprendizaje, siendo la felicidad una ciencia; o mejor, a través de algún tipo de ejercicio (algunas cosas, en efecto, les vienen a los seres humanos no de forma natural ni a través del estudio, sino por el ejercicio -las malas cosas, por los malos hábitos; las buenas, por los buenos hábitos).
     O no es de ninguno de estos modos <como se alcanza la felicidad>, sino a través de los dos siguientes medios: o por el favor de los dioses, como si de una divina inspiración <se tratara> (así, los posesos por las ninfas o por los mismos dioses); o es cuestión de suerte. Pues muchos dicen que la felicidad y la buena fortuna son la misma cosa.
     Que la felicidad llega al hombre a través de todas, o algunas, o una de estas cosas es evidente. Pues, en efecto, todos los cambios acaecen bajo el influjo de estos principios: las acciones derivadas de la reflexión pueden ser todas asimiladas a las que resultan de la ciencia.
     Pero ser feliz y vivir una existencia excelente y dichosa consistiría principalmente en tres cosas, que parecen ser los bienes más deseables.
     Pues algunos dicen que la prudencia es el mayor de los bienes, otros, que la virtud y otros que el placer.

Aristóteles:   Ética eudemia, o.c. p. 38.
 


Ser virtuosos.

     (...) Estas pasiones y otras similares se producen en el alma. Pero todas ellas se nombran según el exceso y el defecto.
     Así, irascible es el que se encoleriza más de lo debido, con más facilidad y contra más cosas de lo que debiera; mientras que el indolente es quien se queda corto de su cólera frente a las cosas, reacciona en menos situaciones y con menos facilidad.
     Temerario es el que no teme lo que debe ni cuando debe ni como debe; cobarde es el que teme lo que no debe, cuando no debe y como no debe.

Aristóteles: Ética a eudemia, p. 71, trad. de R. Sartorio, Ed. Alhambra, 1986, Madrid.


El término medio, la virtud.

Dos son las razones que nos pueden mover o opinar que hay que oponer al término medio el exceso o defecto: por una parte, se considera la cosa misma y se pregunta cuál de los dos extremos está más cerca o más lejos del término medio. Por ejemplo, ¿está más lejos del término medio el derroche o la prodigalidad? 
Así, pues, lo que está mas alejado del término medio se estimará con razón que se opone más a él. Por consiguiente, tomando pie de la cosa misma o de la realidad, parece ser más opuesto al término medio el defecto, al menos en este caso.
Hay otro punto de vista para esta valoración: aquellas cosas a que nuestra naturaleza se muestra más inclinada son más contrarias al punto medio; por ejemplo, por naturaleza somos más inclinados a la intemperancia e inhonestidad que a la modestia y al decoro. Por consiguiente, aquellas cosas a que somos más propensos toman un volumen mayor, y las cosas que más fácilmente toman un volumen mayor son más contrarias al término medio.
(...) Por esta razón ser bueno es algo trabajoso y difícil, puesto que llegar a una moderación en cada una de las cosas es realmente trabajoso. Por ejemplo, dibujar un círculo es algo fácil para todos, pero es difícil señalar en el mismo su centro. De igual manera es fácil irritarse y no menos lo es lo contrario a esto; pero, ser moderado en ello es más arduo. Por esta razón lo bueno es tan raro.

Aristóteles: Gran Moral, o.c. V, Ed Aguilar, Madrid.


miércoles, 13 de junio de 2012

Sócrates "el tábano".

Prótagoras es el más famoso de los sofistas, el típico ejemplo, "el hombre es la medida de todas las cosas", los sofistas son sabios, eruditos, personas con gran formación en todas las áreas del saber y que venden esta formación a los jóvenes pudientes de la época, estamos hablando de la antigua Grecia, siglo V a.C. 72 Polis o ciudades la formaban, cada una con su constitución correspondiente, según Aristóteles, entre ellas y posiblemente la más famosa, floreciente y democrática Atenas, cada ciudad tenía la necesidad de reafirmar sus valores para diferenciarse de las demás, de ahí el triunfo social de los sofistas, promotores del relativismo y del discurso doble, saber discutir el no y el sí de una misma cuestión, "prostituidores del espíritu" como les llamaba Platón, el poder reside en saber hablar bien, en el buen discurso, en saber defender hoy una cosa y mañana otra opuesta dependiendo del lugar y la situación, de hecho cuando hablamos de sofisma, hablamos de contradicción, para un sofista no habría sentido del deber, ni leyes que respetar salvo las que convenga, todos sabemos que derecho y justicia no son la misma cosa, puede que una ley no sea justa pero ¿hay que respetarla?, según Sócrates la respuesta es sí, hasta que esa ley no sea cambiada o modificada. Sócrates, profundo patriota de su querida Atenas, ciudad por la que fué condenado a morir por ingestión de cicuta en el año 399 a.C. y que por el deber de respetar las leyes de su patria, se negó a escapar de la cárcel y decidió cumplir su condena, aunque no estuviera de acuerdo con ellas, de hecho fué acusado de ser el peor de los sofistas, lo tacharon de socavador, le apodaron el tábano, por su afán de discutir, dialogar y preguntar (La Mayeútica), fué el inventor de la Ética y el maestro y protagonista de Platón en todos sus escritos, la ética de Sócrates es una ética del deber (deontológica) de los valores, de atenerse a la ley, del respeto a sus progenitores y antes a su patria, Sócrates presumía de ser Ateniense, Griego y Hombre.


martes, 12 de junio de 2012

Nietzsche dice que Sócrates era un payaso.

     El moralismo de los filósofos griegos a partir de Platón está patológicamente condicionado, así como su valoración de la dialéctica. Razón = virtud = felicidad significan simplemente: debemos hacer como Sócrates y levantar una luz permanente contra las tinieblas: la luz de la razón. el hombre debe ser a toda costa claro, sereno, perspicaz, ya que cada concesión a los instintos conduce a lo desconocido, a lo inconsciente...

     Con Sócrates, el gusto griego se corrompe en favor de la dialéctica; un gusto más noble es vencido: con la dialéctica, la plebe prepondera. Antes de Sócrates, en la buena sociedad se rechazaban los procedimientos dialécticos, considerados como inconvenientes y comprometedores. Se prevenía a la juventud contra ellos. Las cosas honestas, como los hombres honrados, no llevan sus razones tan al alcance de la mano. Es indecente mostrar así los cinco dedos. Las cosas susceptibles de demostración son las de menos valor, precisamente. Cuando la autoridad forma aún parte de las buenas costumbres, donde no se dan <<motivos>> sino que se ordena, el dialéctico hace el papel de payaso. La gente no lo toma en serio. Sócrates fue el payaso que se hizo tomar en serio: ¿qué es lo que sucedió entonces?.

F. Nietzsche. El ocaso de los ídolos.





lunes, 11 de junio de 2012

Sócrates y el deber.

     Si proyectando fugarnos de aquí, se nos acercasen las leyes y los responsables de las Polis y nos preguntasen:
- Dinos, Sócrates, qué piensas hacer. ¿Verdad que con lo que te propones intentas destruirnos a nosotras y a la ciudad entera en lo que a ti te concierne, o tal vez te parezca posible que siga existiendo, que no se venga abajo aquella ciudad en la que no tengan fuerza alguna las sentencias pronunciadas, sino que pierden su autoridad y son aniquiladas por otras de los particulares? ¿Diremos acaso que era la ciudad injusta con nosotros y que no sentenciaba con rectitud? ¿Diremos esto o no?
-Esto, por Zeus, amigo Sócrates, respondió Critón.
-Y que responderemos si las leyes dicen: <<Sócrates, ¿es acaso el convenio estipulado entre tú y nosotras? ¿No te comprometiste a someterte a las sentencias que la ciudad pronunciase? (...) ¿Qué motivos de queja tienes con respecto a la ciudad y a nosotras? (...) Veamos, para empezar: ¿No te trajimos al mundo nosotras, ya que por nuestra mediación se casó tu padre con tu madre y te engendró?, o, ¿es que acaso tienes algún motivo de disgusto contra las leyes sobre el matrimonio? Y con las leyes concernientes a la crianza y educación del niño que tú también disfrutaste, ¿tal vez no eran buenas las prescripciones que ordenaban a tu padre que te hiciese instruir?>>
-Sí, eran buenas, respondería yo.
-Pues bien, si naciste, fuiste criado y educado merced a nosotras, ¿puedes sostener que no eres nuestro hijo y nuestro esclavo, tú y tus antepasados? (...) ¿Tal vez eres tan sabio que se te oculta que la patria es más digna de respeto que la madre, el padre y los antepasados todos? ¿Qué responderemos a esto, Critón? ¿Que dicen verdad las leyes o no?
-Que dicen verdad.

Platón: Critón, 49.



lunes, 28 de mayo de 2012

¿Bueno o Justo, deber o derecho?.


     Justicia sería no violar ninguna ley del Estado <nomos> del cual uno es ciudadano. El hombre podría servirse de la justicia con gran ventaja si delante de testigos tuviese en cuenta las leyes y cuando no hay testigos, los preceptos naturales <physis>. Pues, que mientras los del Estado son artificiales, los de la naturaleza son inviolables y no convencionales. Violando, por tanto, las leyes del Estado, hasta que no se deje descubrir por los que las han convenido, puede uno pasar sin vergüenza ni penas, pero si se deja descubrir, no. En cambio, si uno violenta más allá de lo posible una norma verdaderamente natural, aunque se oculte a todos los hombres, no por ello el mal será menor y aunque todos lo vean, no será mayor, pues el hombre no es dañado por la apariencia sino por la realidad.

     Y nuestra indagación se refiere justamente a este propósito: que la mayor parte de lo que es justo de acuerdo a las leyes, se halla en contra de la naturaleza... Y con respecto al hacer el bien, lo que está establecido por la ley son cepos para la naturaleza, y lo que es naturaleza, es totalmente libre.

Papiro de Oxirrinco, fragmento I.


domingo, 27 de mayo de 2012

Lo bueno por naturaleza y lo justo (bueno por ley).


     <<En efecto, unos afirman que uno es el bien, otro es el mal y otros afirman que es la misma cosa y que ésta sería para unos bien, para otros mal e incluso, para un mismo hombre, ora es bien, ora es mal. Yo, por mi parte, me sumo a estos últimos. El mismo discurso se hace sobre lo bello y lo feo. Creo que si se mandara a todos los hombres reunir en un montón las cosas que cada uno de ellos considera feas y después viceversa, no sería dejada ni una, sino que entre todos las tomaría todas, porque no todos creen en las mismas cosas.

     
    Nada es absolutamente bello, ni absolutamente feo, ni bueno ni malo, sino que, tomando ciertas cosas, las hace feas y cambiándose, bellas.>>

Escuela de Protágoras. Anónimo: Discursos dúplices.