viernes, 14 de junio de 2013

Manolito el mentiroso.



Era una vez un niño que se llamaba Manolito, vivía en una casita de madera al pie de las montañas, tenía ovejas y vacas. Todos los días se levantaba muy temprano, se bebía un vaso de leche y comía unas tostadas, preparaba una mochila con un bocata grande y llenaba una botella de agua, cogía su chivata, un palo grande que sirve para dirigir al ganado, y sacaba las vacas y ovejas a pastar a un prado que estaba a unos kilómetros de su casa, cuando llegaba disfrutaba primero un poco con aquel paisaje tan especial, rodeado de montañas nevadas, un río de aguas cristalinas con muchos peces, pájaros volando y cantando, árboles preciosos enormes, escuchaba al viento silbar cuando se movía entre ellos por el valle, también podía observar toda clase de animalillos y  florecillas, luego se comía su bocadillo, cuando terminaba, le entraba mucho sueño y se dormía en una roca que estaba calentita por el sol, sin embargo, cuando despertaba se encontraba un poco solo y aburrido, para divertirse se le ocurrió entonces gritar; "¡que viene el lobo, que viene el lobo y se lleva mi ganado!", todos los vecinos acudieron rápidamente a socorrer a Manolito, pero cuando llegaron encontraron que éste se estaba riendo a carcajadas y se fueron muy enfadados a sus tareas, al poco Manolito volvió a repetir el episodio y ocurrió lo mismo, pero un día cuando nuestro amigo despertó se encontró de frente al lobo de verdad que le dijo; "Manolito, voy a llevarme tus vacas y ovejas.", a lo que Manonito respondió; "No, no lo harás, llamaré a mis vecinos y vendrán a ayudarme", pero esta vez los vecinos no lo creyeron y no acudieron, el lobo volvió a hablar; "Tus amigos no acuden, voy a llevarme tu ganado", Manolito se quedó sin sus vacas y ovejas, y volvió cabizbajo a su casa y con la lección aprendida.