martes, 17 de septiembre de 2013

Te aguantas.

Sea pues que hemos decidido tomar una actitud de cara a la vida, ahora pensamos que no merece la pena quejarse de las cosas que no te gustan, que te afectan a tí directa o indirectamente a través de las personas que quieres, más bien hemos decidido aguantarnos, nos decimos a nosotros mismos, "te aguantas". 

Cuando estamos tristes, todo el mundo quiere que no lo estemos, parece como si no estuviera bien visto estar así, pues si estoy triste será porque estoy mal y porque quiero estar triste, porque no le encuentro sentido a la vida, porque quiero estar sólo o por lo que sea, ya llegará el momento en que mi estado de ánimo cambie, pero por el momento quiero disfrutar de estar triste y si es lo contrario pues me aguanto, es lo que quiero que me digáis, no tratéis de hacerme cambiar con bonitos e infértiles discursos, lo mismo me diré a mí mismo de todos vosotros "os aguantáis", ¿acaso no se aguantan los niños de parvulario cuando tienen que estar toda una jornada laboral en la escuela?, lloran y llaman a sus madres hasta quedarse afónicos, pues si tenéis que ir a trabajar de madrugada o de noche y encima hacer horas, o quizá algún <<ser querido>> os ha dado por el culo, pues eso, podéis quejaros y lloriquear o podéis deciros a vosotros mismos "pues que me den".

Así pues tenemos dos caminos, lloriquear y quejarnos, lo cual lleva a la depresión o llorar si hace falta y luego decirnos a nosotros mismos, "te aguantas", lo que implica el principio de superación del problema.