viernes, 14 de junio de 2013

Caperucita roja.



Un día, cuando caperucita roja llegaba del colegio a su casa, su madre le dijo que había preparado una cesta de comida para su abuelita, entonces caperucita le dijo a su mamá que tenía mucha hambre y que estaba muy cansada, además la abuelita vivía muy lejos, la madre le dijo, bueno vale, pero si no te sales del camino, no te perderás, no sé qué tendrá que ver una cosa con la otra, pero en fin, caperucita dijo que iría, que remedio, y que no se saldría del camino.
Caperucita cogió la cesta y fue por el camino  a casa de su abuelita, el camino era muy bonito, había mariposas revoloteando, árboles, conejitos, pero también se encontró con un lobo feroz y hambriento que le preguntó; ¿qué llevas ahí caperucita?, es comida para mi abuelita, dame un poco por favor que tengo hambre, lo siento señor lobo pero no puedo, y caperucita sigió su camino, pero el lobo que corría más, no se dió por vencido y llegó antes a la casa de la abuelita de caperucita, y le dijo; abuela de caperucita, tu vecina te está llamando, era mentira, pero la abuela fue a ver a su vecina, y el lobo se puso la a ropa de la abuela, sus gafas y se metió en la cama.
Cuando llegó caperucita llamó a la puerta y el lobo le dijo con voz ronca; pasa caperucita, y caperucita dijo; abuela ¡qué voz tan ronca tienes!, es que estoy un poco acatarrado, digo acatarrada, pero abuelita ¡qué nariz tan grande tienes!, dijo caperucita que ya estaba un poco mosca, para olerte mejor, abuelita, abuelita, ¡qué ojos tan grandes tienes!, para verte mejor, pero abuelita ¡qué boca tan grande tienes!, para comerte mejor, respondió el lobo, entonces caperucita sacó su bolso y comenzó a golpear al lobo de tal manera que este comenzó a llorar, sólo tengo hambre, dijo, y como caperucita era muy buena le dijo; bueno, te daré un bocata, aquí hay mucha comida y no creo que a mi abuela le importe, así que el lobo se puso muy contento y le dió las gracias, luego la niña le preguntó; ¿dónde está mi abuelita, lobo?, y el lobo se lo dijo.
Cuando caperucita fué a casa de la vecina, encontró allí a la abuela charla que te charla, le dió un beso muy contenta y la cesta de la comida, y la abuela dijo; caperucita, muchas gracias, pero aquí hay mucha comida, vamos a sentarnos todos a la mesa aquí mismo, invita al lobo también. El lobo se puso muy contento cuando se enteró de la noticia, había pescado, carne, dulces, refrescos, fruta, ensalada, frutos secos, cervezas, vino blanco del condado y tinto de la rioja, y todos comieron hasta hartarse, luego a todos les entró mucho sueño y se quedaron profundamente dormidos y soñaron que estaban jugando tendidos a adivinar las nubes en un prado verde, que lucía un sol radiante, que era en primavera porque no hacía frío ni calor, que había mariposas, flores, árboles.