viernes, 22 de junio de 2012

El término medio.

Aristóteles vive en el siglo IV a. de C., frecuenta la escuela platónica y funda la suya propia, El Liceo, en Atenas, la Ética Aristotélica es teleológica, orientada a alcanzar un fin, para Aristóteles este fin no es uno cualquiera, sino aquel para el que el hombre está hecho, y el hombre está hecho para ser feliz, para alcanzar la felicidad, la buena vida, y la vida buena está en el punto de equilibrio de lo que podíamos denominar; todos nuestros parámetros humanos, Aristóteles describe una larga lista de virtudes y estima que si somos capaces de ser virtuosos, es decir si somos capaces de alcanzar el término medio en todos los aspectos de nuestras vidas, seremos hombres sabios habremos alcanzado la aretè, aquello para lo que estamos hechos, hay que entender que para los griegos cualquier cosa, hombre o animal podría tener aretè, es decir, un cuchillo que cortaba muy bien tenía aretè, pues estaba hecho para ello, y el mejor de todos los cuchillos tendría aristos, el mejor. También hay que aclarar que el justo término medio no puede considerarse como una media aritmética, sino mas bien geométrica, es decir puede que la virtud en algunos casos esté más cerca de un extremo que del otro, otro punto importante a destacar es que para Aristóteles la areté se alcanzaría a través del entrenamiento, del aprendizaje (virtudes éticas y dianoéticas) y que para ello hay que esforzarse, hay que querer ser el mejor, no es algo que venga dado, de ahí la importancia de la educación en la filosofía Aristotélica, algo que es totalmente opuesto a la ética del otro pensador más influyente de occidente, Inmanuel Kant, cuya ética es deontológica, el deber por el deber, basada en los imperativos categóricos que nos damos, atención, nosotros mismos y que pueden llegar a convertirse en ley universal, pero esto lo veremos más adelante.