lunes, 31 de diciembre de 2012

Kant.

     "Dos cosas llenan de admiración y respeto mi ánimo (...). El cielo estrellado sobre nosotros y la ley moral dentro de mí", con este epitafio escrito en su tumba Kant resume su pensamiento, intentemos pues comprenderlo todo lo a fondo que podamos. 
     Por una parte dice que siente admiración por el cielo estrellado sobre nosotros, se está refiriendo a la crítica de la razón pura; a la posibilidad de la ciencia y a la crítica de toda metafísica, por otra parte siente respeto por la ley moral que se encuentra dentro de él, se está refiriendo a la crítica de la razón práctica, a la justificación del hecho moral.
     Existen dos tipos de moral, una autónoma, que es formal y a priori, que emana de todos y cada uno de nosotros necesariamente que es la Ética y otra moral heterónoma, que es material, a posteriori, fruto de la experiencia, y que no es impuesta, es la moral religiosa o la moral del interés.
     Para comprender el hecho moral, Kant define dos tipos de imperativos, el primero es hipotético encaminado a la vida práctica y de naturaleza técnica y pragmática (consejos), el segundo es categórico dirigido a la vida moral, son necesarios, universales e inapelables.
     "El imperativo categórico es, pues, sólo uno y éste es:
      - Obra sólo según aquella máxima de la que al mismo tiempo puedas querer que se convierta en norma universal.
      - Obra de tal manera que trates siempre a la Humanidad, sea en tu persona o en la de otro, como un fin, y que no te sirvas jamás de ella como de un medio.
       M. Kant: Fundamento de la metafísica de las costumbres, página 58, Aguilar, 1973."
     Con este imperativo Kant responde a su pregunta ¿Qué debemos hacer?, los imperativos categóricos nos lo dictan la razón práctica que no es otra cosa que nuestra voluntad. La ética Kantiana es deontológica, se actúa por deber, en las éticas teleológicas se actúa para conseguir un fin.
     ¿Qué podemos saber?. La libertad es el motor que hace que nuestra razón pura se exprese en forma de imperativos categóricos que son leyes universales, esto quiere decir que los imperativos que nos dictamos nosotros mismos son leyes universales, ésto solo es posible aceptando como axiomas que somos libres e inmortales y que Dios existe, de esta forma se responde a su tercera pregunta ¿qué nos está permitido esperar?.
     También hay que destacar que son tres las acciones posibles en la conducta humana; las contrarias al deber, las conformes al deber y las hechas por deber, sólo estas últimas son el objeto de la moral. Una moral, por tanto, que se fija en la forma, en la intención del sujeto, no en el tipo de acción llevada a cabo.




















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