viernes, 15 de febrero de 2013

Lo animal se convierte en humano y lo humano en animal.

     Ciertamente que el trabajo produce maravillas para los ricos, pero sólo privaciones para el trabajador. Produce palacios, pero chozas para el obrero. Produce bellezas, pero deformidad. Sustituye el trabajo por máquinas, pero arroja una parte de trabajadores a un trabajo bárbaro y convierte en máquinas a la mayor parte. produce espíritu, pero origina estupidez y cretinismo en el trabajador.

     ... El trabajo es externo al trabajador, pues en el trabajo no se afirma sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado... Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo y en el trabajo, fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en los suyo. Su trabajo no es así voluntario sino forzado. Por eso, no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio, para satisfacer las necesidades fuera del trabajo.

     ... De esto resulta que el hombre, el trabajador sólo se siente libre en sus funciones animales: comer, beber, y engendrar, y en todo lo demás que toca a su atavío y habitación y, en cambio, en sus funciones humanas se siente como animal. Lo animal se convierte en humano y lo humano en animal.


MARX: Manuscritos de economía y filosofía.
Alianza Editorial, página 180, Madrid.