jueves, 7 de febrero de 2013

¿Disfrutas con tu trabajo?

Tú tienes facilidad para aprender, Siddharta, pues aprende también esto: el amor se puede suplicar, comprar, recibir como obsequio, encontrar en la calle, ¡pero no se puede robar! El camino que te has imaginado es erróneo. Sería una lástima que un joven tan agraciado como tú, empezara tan mal.
Debes hacer lo que has aprendido, y exigir por elIo dinero, vestidos y zapatos. De otra forma, un pobre no logra tener dinero. ¿Qué sabes hacer?
-Sé pensar. Esperar. Ayunar. ¿Nada más?
-Nada más... Pues sí, también sé hacer poesías. ¿Quieres darme un beso por una poesía?
-Si me gusta la poesía, sí.
-Tus versos son muy bellos -exclamó Kamala-; si yo fuera rica te los pagaría a precio de oro. Pero te será difícil ganar con versos tanto dinero como el que tú necesitas. Pues necesitarás mucho, si quieres ser amigo de Kamala.
-¡Cómo sabes besar, Kamala! -balbució Siddharta.
-Sí, eso lo sé hacer; por ello tampoco no me faltan vestidos, ni zapatos ni pulseras, ni otras cosas bonitas. ¿Pero qué será de ti? ¿No sabes otra cosa que pensar, ayunar y hacer poesías?
Siddharta replicó:
-Ayer te conté que sé pensar, esperar y ayunar, y tú encontraste que todo ello no servía para nada. Sin embargo, sirve para mucho.




Hermann Hesse
Siddharta