(...) Estas pasiones y otras similares se producen en el alma. Pero todas ellas se nombran según el exceso y el defecto.
Así, irascible es el que se encoleriza más de lo debido, con más facilidad y contra más cosas de lo que debiera; mientras que el indolente es quien se queda corto de su cólera frente a las cosas, reacciona en menos situaciones y con menos facilidad.
Temerario es el que no teme lo que debe ni cuando debe ni como debe; cobarde es el que teme lo que no debe, cuando no debe y como no debe.
Aristóteles: Ética a eudemia, p. 71, trad. de R. Sartorio, Ed. Alhambra, 1986, Madrid.
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