Una Mujer de Esparta tenía cinco hijos luchando en el ejército y esperaba noticias de la batalla. Llegó un ilota, y ella le interrogó temblando:
-Vuestros cinco hijos han muerto.
-Vil esclavo, ¿te he preguntado yo esto?
-¡Hemos conseguido la victoria!
La madre corrió al templo a dar gracias a los dioses.
J.J. Rousseau: Emilio, Libro I.
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